El ácido acetilsalicílico o, como más popularmente se conoce, la aspirina es uno de los fármacos más famosos de todo el mundo, cuyas propiedades llevan utilizándose desde hace generaciones.

La fórmula de la aspirina, tal y como la conocemos hoy, fue desarrollada por Félix Hoffmann en 1897, aunque hay datos que corroboran que la corteza de sauce blanco (de donde originalmente proviene este medicamento) ya era utilizada desde en el 1000 a.C. por la sociedad China y sumeria.

Pero además de sus usos farmacológicos (antiflamatorio, analgésico, antipirético), la famosa pastilla blanca posee un efecto alucinante sobre la ropa, con un poder limpiador asombroso. Es capaz de eliminar hasta esas manchas amarillentas que aparecen en la ropa clara después de estar un tiempo guardada en el armario, o las manchas de sudor, que con el tiempo van acentuándose.

Como bien sabes, muchas prendas blancas terminan perdiendo su blancura original, tornándose cada vez más grises lavado tras lavado. De cualquier manera, la aspirina se presenta como la solución definitiva a este problema:

Toma 5 pastillas de aspirina, o 325 mg., y deja que se disuelvan en 2 litros de agua caliente. Si lo prefieres, puedes romperlas para que se disuelvan más rápidamente.

Una vez lo tengas, pon las prendas amarillentas en la solución y déjalas en remojo durante 8 horas, o toda la noche.

Asegúrate de que toda la ropa está completamente sumergida en el agua.

Otra técnica es echar las pastillas de aspirina directamente en la lavadora con la ropa, aunque ya te aviso de que su previa disolución es más efectiva.

Transcurridas las 8 horas, lava la ropa normalmente en la lavadora. Además de devolver la blancura a las prendas, la aspirina trabaja para combatir las manchas más difíciles de quitar.

Sin embargo, para quitar las manchas de sangre es necesario disolver la aspirina en agua fría antes de remojar las prendas manchadas durante 2 horas.

No intentes quitar sangre con agua caliente, ya que las proteínas se aglutinan haciendo la mancha aún más resistente. De todas formas, otro método infalible para quitar las manchas de sangre es aplicando peróxido de hidrógeno o, como suele conocerse, agua oxigenada sobre las mismas.

La aspirina contiene un débil ácido con grandes efectos, por lo que no hay necesidad de comprar carísimos productos especiales, siempre y cuando tengas una caja en el botiquín.