Annie y Walt son una pareja devota que se conoce de toda la vida. Entre ambas familias existía una gran amistad, así que crecieron juntos.
Iban a la misma Iglesia y tenían las mismas aspiraciones y metas en la vida. Inevitablemente terminaron enamorados el uno del otro, se casaron y esperaron convertirse en padres.
Una niña de nombre Chloé era lo que ambos querían, pero el sueño de tener entre sus brazos a esa pequeña no fue para nada sencillo.
(Mira la historia completa de Annie y Walt al final, en vídeo).
Al no poder embarazarse, la pareja decidió adoptar, pero misteriosamente el día que conocieron a la madre biológica de su futura hija todo su intento de ser padres finalmente tuvo sentido.
Todo comienza cuando a los 10 años, orando, Dios le dijo a Walt que tendría una hija de nombre Chloé:
“Crecí en la propiedad de mis padres, la cual era de unas 40 hectáreas, por lo que yo me negaba rotundamente a quedarme dentro de casa, así que salía a jugar, pues amaba la naturaleza.
Hablaba con Dios. Un día tuvimos una conversación, y no sé si eso fuera extraño o inusual, yo tenía 10 años y mientras oraba Dios me dio una imagen muy real de una pequeña niña con la que estaba jugando.
La tomaba de las manos y le daba vueltas mientras ella reía. En la imagen dentro de mi cabeza, ella tenía piel morena y ojos marrones, y Dios me dijo: ‘Esta será tu hija, y su nombre será Chloé“, asegura Walter.
Mientras tanto, Annie siempre soñó en casarse con un chico como Walt:
“Walt llegó a mi ciudad cuando yo nací, así que prácticamente lo conozco de toda mi vida. Cuando cumplí 10 años mi familia y yo nos mudamos frente a su casa.
Después nuestras familias de volvieron muy amigas. Walt siempre estuvo conmigo, incluso me ayudó a mudarme cuando entré a la Universidad, que estaba a 30 minutos de mi casa.
Estuvimos juntos en los grupos de la Iglesia, y un día saliendo de una plática estábamos hablando de nuestros sueños, y le conté que yo sabía que Dios me había creado para ser una madre y que incluso sabía el nombre de la hija que tendría. Cuando dije Chloé, él no lo podía creer“.
Los años pasaban y el matrimonio aún no podía embarazarse
Decidieron darse tiempo para viajar y conocer juntos otros lugares dónde predicar sus creencias con otros.
Sin embargo, esta devota pareja confiesa haber pasado de meses a años y no haber recibido aún la noticia de estar esperando un hijo.
Después de 4 años comenzaron a sentir que algo no estaba bien.
“Fue difícil, creo que más porque comencé a cuestionar la bondad de Dios, porque pensaba que era algo tan cruel.
Siendo 4 años de matrimonio, pero también en nuestra relación con Dios, en especial para mí, me cuestionaba: ‘¿Dios es bueno incluso si hace cosas que para mí no son buenas?“, cuenta Annie.
Walt se rehusaba a la opción de adoptar
“Una vez que oíamos a una pareja decir que serían padres, veía la sonrisa falsa de Annie y cómo decía ‘estamos muy feliz por ustedes’, cuando yo sabía que a ambos nos destrozaba por dentro la noticia.
Estábamos dolidos y yo no quería adoptar. No se suponía que fuera a ser así, yo no quería ser un ‘padre falso’. Annie hizo todo el papaleo, el cual apoyé, pero honestamente seguía sin estar convencido“.
Finalmente recibimos un correo y decía “es una niña”
“Decidí que quería adoptar, me emocionaba la idea, aunque a Walt no le convencía del todo, pero envié todos los papeles, sabiendo que la espera sería larga.
Recuerdo que una noche estábamos en casa de la hermana de Walt y me llegó el correo; en el asunto decía ‘es una niña,’ y no podía creerlo.
Decía que seríamos padres de una niña pero que primero la madre biológica quería conocernos, así que viajamos a su ciudad a conocerla“.
Para este momento las esperanzas de ambos habían cambiado, Annie simplemente quería ser madre y la emoción de tener una hija la tenía más que feliz; sin embargo Walt seguía teniendo sus dudas.
Ambos cuenta que para ese momento el nombre de Chloé había sido descartado por completo.
Ya que aseguraban que después de la decepción de no haber tenido hijos pensaban que el nombre de Chloé había sido no más que una coincidencia.
Walt y Annie jamás hubieran creído lo que sucedió al conocer a la madre biológica de su futura hija.
“Fue increíble cuando vi a la madre biológica, era justo como la versión adulta de la niña que vi cuando de niño Dios me había dicho que sería mi hija, mi Chloé. Me puse tan nervioso“, asegura Walter.
La madre biológica tenía pensado un nombre para la bebé: Chloé
Cuando Annie y Walt llegaron a visitar a la madre biológica ambos pensaban en discutir el nombre de Allison, después de haber descartado la ilusión de Chloé.
Pero cuando la mujer embarazada dijo que había pensado mucho en sugerir el nombre de Chloé, el matrimonio no pudio contenerse y comenzó a llorar. Todo finalmente tenía sentido.
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Fuente: Loultimo.net