El magnesio es un cofactor en más de 300 sistemas de enzimas que regulan una variedad de reacciones bioquímicas en nuestro cuerpo. Dicho eso, el magnesio es un mineral vital para nuestra salud.

Sin magnesio nuestros cuerpos dejarían de funcionar. Este mineral está involucrado en los procesos de rigidez muscular. Sin él, no podríamos controlar nuestros músculos, incluido el músculo vital que es nuestro corazón.

El papel del magnesio en el cuerpo incluye:

  • La síntesis de proteínas.
  • Producción de energía (especialmente en fosforilación oxidativa y glicólisis).
  • Desarrollo estructural de los huesos.
  • Síntesis (también conocida como producción) de ADN, ARN y el antioxidante glutatión.
  • Control de glucosa en sangre.
  • Regulación de la presión arterial.
  • Transporte activo de iones de calcio y potasio a través de las membranas celulares: esto es crítico para las contracciones musculares, los ritmos cardíacos regulares y la conducción de los impulsos nerviosos.

Según el National Institutes of Health (NIH), los hombres mayores de 70 años y las adolescentes son más propensos a la deficiencia de magnesio.

Si no perteneces a ninguna de estas categorías, verifica tu nivel de magnesio en la sangre:

  1. Fatiga y falta de energía.
  2. Calambres musculares: La falta de magnesio causa una contracción constante de los músculos.
  3. Dolores de cabeza y migrañas.
  4. Insomnio: Los niveles bajos de magnesio a menudo se manifiestan por trastornos del sueño y el estrés.
  5. Ritmo cardíaco irregular.
  6. Sensibilidad al ruido.
  7. Convulsiones.
  8. Osteoporosis y fracturas.
  9. Estreñimiento.
  10. Hipertensión: La deficiencia de magnesio puede causar una presión extremadamente alta.
  11. Diabetes tipo 2: La descomposición de los azúcares es otra función importante del magnesio. Quienes tienen una mayor ingesta de magnesio tienden a tener un riesgo mucho menor de diabetes.

¿Dónde encontrar magnesio?

Existen muchos alimentos ricos en magnesio. Puedes encontrar magnesio en almendras, semillas de sésamo, semillas de girasol, semillas de calabaza, linaza, plátanos, anacardos, queso de soja, leche (desnatada), avena, brócoli, maíz dulce, guisantes.

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