Tener un perro es más que tener un simple peluche moviéndose por toda la casa. Requiere compromiso y responsabilidad; puede demandar un dinero mensual, en vacunas, alimento, vestimenta y demás, pero el amor y la lealtad que recibirás a cambio serán impresionantes.
La relación de un amo con su perro es algo inimaginable y sólo comprendida por quienes tenemos la bendición de tenerlos. Ellos estarán en todo momento, sin importar tu estado de animo, sin importar cuantas ganas tengas de compartir sus momentos. Ellos estarán siempre con su cola moviéndose de lado a lado, por la gran felicidad que les da el solo verte.
Una Reflexión que debes leer:
Mi perro no es mi hijo, pero yo sí soy su madre
“Me canso de escuchar a la gente diciendo ‘tratas a tu perro como si fuera tu propio hijo’.
Se que no es mi hijo, pero yo quiero sentirlo así…
Mi perro nunca madurara, no se irá de casa por un enojo y no me cuidara cuando yo ya sea grande. Siempre va a necesitar de mi para comer, tomar agua o simplemente salir a dar un paseo.
Nunca sera adolescente y no escuchare las frases típicas de esa edad, pero tampoco escuchare te amo, gracias o te necesito.
Todo estará implícito en su dulce mirada.
No me juzgara, no tomara a mal mis ideas, ni mi buen o mal humor. Nada heredó de mi persona, pero si sabe bien si estoy contenta o triste y siempre permanecerá a mi lado.
Veré a mi perro crecer y envejecer. Por eso yo lo acompañare en esa etapa y estaré a su lado hasta que llegue el fin.
Simplemente, este será el camino que los dos transitaremos.
Mi perro es un animal, no una persona, y mucho menos un hijo.
¿Pero qué es una madre?
Una madre es una persona maravillosa que se sacrifica por sus hijos. Una madre protege, educa y ama sin miramientos.
Es por esto que mi perro no es mi hijo, pero yo sí soy su madre.
Soy todo lo que tiene, soy su horizonte y su persona de total confianza y entrega.
No soy su dueño. Para el soy parte de su familia, de lo que para un perro puede ser una familia. Me apena que haya gente que no entienda. ¡Yo soy su TODO!
Yo puedo observar su mirada a través de la cual me dice todo. Gracias a mi, lleva una vida sana, plena y feliz.
La conexión con un animal es única e incondicional y no todos pueden vivir esta sensación tan maravillosa.
Quisiera que los que no me entienden y no entienden la importancia de un animal para algunas personas, puedan un día tener un animal, solo en ese momento aprenderán y me entenderán“.
Fuente: Hogarynatura