Al enfrentarse a la educación de un hijo surgen numerosas dudas. El día a día en una casa con niños no es fácil, y por eso es normal caer en errores. El estrés, el cansancio, la falta de tiempo, la tensión, etcétera, son los peores enemigos a los que se enfrentan los padres con hijos pequeños a la hora de educarlos.
Educar a un hijo no es un camino sencillo; es una tarea complicada en la que en muchas ocasiones los padres erran. Los niños deben sentirse importantes y queridos por sus padres, pero también hay que marcar bien los límites y fomentar la autonomía para desarrollar la personalidad desde pequeños. Es fundamental que el tiempo que un padre dedica a sus hijos se entregue al 100%, y que el niño se sienta querido e importante.
Para evitar los errores más recurrentes al educar a un hijo, exponemos una serie de comportamientos que hay que evitar
1. Hay que evitar sobre protegerlos: Por muy pequeño que sea el niño tiene que cultivar y explorar su propia autonomía. En muchas ocasiones, los padres tienden a la sobre protección de los hijos por miedo a que les pueda pasar algo. Dentro de unos límites, hay que dar libertad al niño para que desarrolle su personalidad.
2. Es muy importante escuchar a los niños: En muchas ocasiones, los padres se niegan a escuchar a sus hijos. Es muy habitual, que durante una pelea el progenitor se imponga y no deje al más pequeño exponer su punto de vista. En una situación de tensión, hay que intentar mantener la calma y darle la palabra al niño y escucharle.
3. No caer en comparaciones: Suele ser habitual que los padres comparen a sus hijos con otros niños, bien sea con hermanos, primos o amigos. Hay que evitar por todos los medios realizar estas comparaciones ya que cada niño es diferente. Lo único que pueden acarrear las comparaciones son problemas de autoestima e inseguridades, tanto en los niños como en los padres.
4. Acostumbrar a los niños a que les hagan todo: Este error va en la línea de la super protección. Una escena que se da en muchas casas es ir detrás de los niños recogiendo todo lo que ellos dejan por en medio. Pues bien, esta práctica puede ser perjudicial ya que cuando el niño alcanza una edad en la que es capaz de realizar determinadas tareas hay que delegar en ellos estas acciones. Por ejemplo, hacer su cama, recoger la mesa, ordenar su habitación, pueden ser sencillas tareas que beneficiarán la autonomía del niño y la relación en familia.
5. Muchas veces gritamos a los niños: Se trata de uno de los errores más habituales que cometen los padres al educar a sus hijos. La tensión que generan muchas situaciones hace que los padres pierdan los nervios y comiencen a gritar a sus hijos. En estas ocasiones hay que intentar tener paciencia y hablar a los niños de manera seria y directa, pero sin gritarles.
6. Falta de comunicación entre padres e hijos: El día a día lleva muchas veces a obviar una cuestión fundamental en el enriquecimiento en la relación paterno filial. Es muy importante mantener viva la comunicación con nuestros hijos para conocerles y así poder entenderlos mejor.
7. Los padres no son colegas de sus hijos: Otro error en el que caen muchos padres es intentar ser “colegas” de sus hijos. Los padres no son amigos de sus hijos, son sus progenitores, sus educadores, las personas que más les quieren, pero no tienen por qué ser sus amigos. La relación entre padres e hijos debe basarse en la sinceridad, en la cercanía y en el amor. La autoridad del progenitor y el papel del hijo debe quedar claramente marcado en esta relación.
8. Compensar a los niños con cosas materiales: Muchos padres se sienten culpables por no dedicar el tiempo necesario a sus hijos o por echarlas una bronca excesiva e injusta. En estos casos, muchos padres intentan compensar a sus hijos con regalos materiales. Se está cayendo en un fallo muy grave ya que el niño va a relacionar esta actitud con esa compensación y eso no debe ser así. El niño lo que necesita es atención y cariño y eso se lo deben garantizar sus padres.
9. Los niños no piensan como nosotros: Muchas veces los padres piensan que los niños son adultos y que, por lo tanto, piensan como tales. Esto no es así, los niños no razonan igual que los adultos por eso es muy importante ponerse siempre en el lugar del niño e intentar entender su mundo y sus razones y olvidarnos de todos los prejuicios que nos trae la edad adulta.
10. No decir ‘te quiero‘: A muchos padres les cuesta decirles un te quiero a sus hijos. No hay que dejar que la rutina diaria nos aleje de la afectividad con ellos. La muestra del cariño es siempre fundamental para reforzar su autoestima y el vínculo entre padres e hijos.
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Fuente: Levante-emv